Por Julio C. Rosero
Barcelona falló mucho en conservar el balón y esto aprovecharon los jugadores de Macará, que con mucha velocidad superaron y complicaron en varias ocasiones al sector defensivo amarillo.
Creo que las improvisaciones que hizo el técnico Éver Hugo Almeida (por las lesiones de Omar de Jesús, Carlos Castro y Jairo Montaño) facilitaron la labor de la ofensiva de los ambateños.
El costado izquierdo de (Jairo) Jaime fue el punto más débil de los toreros; por ahí le hicieron el juego a Barcelona.
Además, al momento de atacar los canarios salían en bloque y esto descompensó al mediocampo y defensa, y permitió que Macará contragolpeara sin problemas. En el segundo tiempo Barcelona mejoró algo, pero otra vez la falta de contundencia conspiró contra su deseo de empatar.
Creo que los problemas en Barcelona no pasan por el tema del técnico Almeida, más bien los jugadores deben saber manejar la presión que soporta este equipo.
Estar en Barcelona significa comprometerse y ser profesional en todos los ámbitos. Ahí hay que ser diferente. Hay que esforzarse más y hacer el doble de trabajo. Creo que por el nivel de los jugadores el equipo mejorará.
Fuente: El Universo
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